Expresiones

¡ Señor Presidente!

Edmundo Dante  Dolphy  /  La Verdad Panamá

Panamá entero espera  que los brazos correctivos de  su nuevo Gobierno  acaben  con ese  proceso  de  descomposición social, económico y político  que ha llevado como estandarte    la actual administración.

Las expectativas  por su gestión  trascienden  lo ordinario,  caminando  en  ocasiones  a un  éxtasis que aspira  a borrar una  gestión  contaminada y desleal a  una  población  que  salió  en ese  entonces  a votar  por un Panamá  de  oportunidades, pero no  fue  así, todo lo contrario, colisionamos  con una  presidencia  sin  rostro humano, sin sensibilidad  social, totalmente desconectada de sus necesidades.

Su responsabilidad  es  colosal  pero a la  vez peligrosa si lo observamos  desde la perspectiva del desprestigio  de la  “clase política”, representada en cada  uno de los partidos  políticos dentro  de la Asamblea  Nacional  que,  contrario  al espíritu  constitucional  que en su artículo 159 les ordena  expedir las leyes  necesarias  para  el cumplimiento de  los fines y el ejercicio de  las  funciones del Estado, se enfocaron  en montar  toda  una estructura  criminal  que asaltó  caudales públicos millonarios sin consecuencias  penales,  gracias  a ese  funesto  pacto de no agresión  con  tinta indeleble entre  magistrados  y  diputados. Este  aspecto es  prioridad  uno en una eventual reforma a la Carta  Magna. Artículo 155 y artículo 206, numera 3.

Podrá usted, Señor  Presidente, acabar  con  esas  lacras de saco y corbata – no son todos-  que deshonran a  un prohombre como  don Justo Arosemena?

Recordemos  algunos extractos  de  su obra Principios de Moral Política”: “Todo  legislador  debe tener  presente  que sus actos  están destinados a  la verdadera  dicha de la nación; que será tanto más  respetado y querido  cuando mejor consulte esa  dicha; y  que por el contrario, será  detestado  y dará  margen a convulsiones políticas, si la  desatiende por consultar  la suya propia o por  saciar  pasiones de  venganza”.  Esta  filosofía  de  Justo Arosemena dista  mucho de lo  que ocurre  en  ese  hemiciclo.

Porque  afirmo arriba que es  peligrosa su responsabilidad? Sencillo, para  muchos ciudadanos, incluyéndome, esta  es la última oportunidad  que tienen los partidos  políticos  para demostrarse, para programar  un proceso de  reingeniería que vaya  acorde  con lo que demanda  el pueblo, devolverle la felicidad, atender  a políticas  públicas  que construyan  futuro  en educación, salud, agricultura, seguridad, vivienda, servicios básicos y  en una  economía que nos saque  de la  unidad de  “Cuidados  Intensivos”.

Señor  Presidente, usted  no tiene  espacio  para  fallar, tiene  que ser preciso  en cada  acometida, de lo contrario, esa  amenaza latente y real  de una  candidatura  independiente  destrozará   ese  argumento  de  que “ellos  no llevan chance  porque no tienen la estructura”. Mucho  cuidado  que ante la decepción  ciudadana, esas estructuras  quedarán en la historia  como  “Gigantes de  barro”. No me digan  que  no sudaron  bastante  con Ricardo Lombana  no solo  en la  primera  hora  de escrutinio, sino  con  su  proeza  de casi 400 mil votos.

Que  esa  estrella de la educación   que alumbrará  su  gobierno no sea  egoísta e  ilumine a  los  niños  marginados  de las  comarcas, de  las  áreas  de  difícil  acceso, que en ocasiones  sufren de  calambres  estomacales  por falta  de  bocado. Que  finalmente estudien  sin hambre  como  prometió en su  campaña política. Esto  también  forma  parte  de  la institucionalidad que tanto se pregona pero  que  se ha diluido   en una demagogia barata  y cínica  en los últimos  diez años.

El 1 de julio usted  ingresa a   una cancha que se llama  Panamá, póngase  en condiciones, sude la camiseta  y haga  el mejor  partido de  su vida  porque el árbitro será  implacable  con la Tarjeta Roja.  ¡ Exitos!

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