Policía Nacional: ¿Proteger y servir a quiénes?
Edmundo Dante Dolphy / La Verdad Panamá
Proteger y Servir es un eslogan atractivo, desde el punto de vista de mercadeo vende y sugiere que nuestros uniformados del Jardín de Los Olivos cumplen a cabalidad con el mandato constitucional al que están llamados como servidores públicos.
Lo que dudamos es de que la tropa esté motivada a servir y proteger, cuando observan que el eslogan lo aplican para protegerse entre subcomisionados y comisionados preñados de privilegios, entre ellos, las jubilaciones especiales de casi 7 mil dólares y ni hablar de los jefes de zonas.
¿Será que el pie de fuerza que representa a la tropa está desmotivada por la injusticia en el tema de la ley de los ascensos? Cuando le corresponde a la tropa -entiéndase de agente a teniente- ascender a capitán tienen que hacer 5 años con el despropósito de que la gran mayoría no llegue a ese rango ya que no les da el tiempo y se jubilan inexorablemente con las dos barras. Solo a los oficiales de carrera les dan los tiempos para llegar a comisionados.
En contravía que ustedes creen, los intocables subcomisionados y comisionados, estos últimos con salarios de 6 mil 550 dólares, se jubilan pero no firman la resolución después de 6,7 y 8 meses para continuar disfrutando de los gastos de representación. Esto casi raya en una figura de peculado.
¿Puede una tropa estar motivada para salir a combatir al hampa, sin la provisión de uniformes, zapatos y equipos que por años no reciben? Hay unidades que se ven obligadas a comprar sus calzados de sus salarios. ¿Puede una tropa salir a reprimir la delincuencia sin una comida saludable, que reúna los nutrientes necesarios? Bueno, el director de la Policía Nacional nos aseguró que los alimentos que reciben los que están de turno, es de calidad, incluso, tenemos hasta el menú; sin embargo, unidades insisten en calificar de mentiras lo planteado por su Director General.
Veamos lo que sucede en el reino de los Jefes de Zona, que, según varias unidades comprometidas con la institución y la transparencia que debiera prevalecer en este estamento de seguridad, reciben incentivos de hasta mil 500 dólares mensualmente, cuando la estadística de delitos en su área de competencia no registre incrementos en comparación con el mes anterior. Pero, ¿porqué ese incentivo no se extiende a los agentes, cabos, sargentos, subtenientes y tenientes que salen diariamente a poner el pecho contra una delincuencia feroz y muy bien armada y que dicho sea de paso, le ha dado de baja a una cantidad importante de policías?
Es frustrante para la sociedad conocer estas verdades amargas de una institución noble, en la que la mayoría de sus componentes está comprometida con la patria, con la defensa de los derechos humanos y de la seguridad de todos los ciudadanos.
Desafortunadamente, los índices de delincuencia en el país nos mantienen en un permanente estado de indefensión del cual no saldremos hasta que se corrijan las inequidades descritas y denunciadas por policías que podemos interpretar como el “Gold roll” y el Silver roll”.