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Sin inversión privada no habrá generación de empleos y se abre el camino a una catástrofe

Redacción La Verdad Panamá

En relación al reciente anuncio de los gremios del sector privado de un Plan de Reactivación económica a  ser presentado al Gobierno Nacional para la creación masiva de empleos, conviene recordar la frase de Ronald Reagan, “el mejor programa social del mundo es un empleo”. En ese sentido, Panamá atraviesa una catástrofe laboral, afirmó a La Verdad Panamá, el consultor, ingeniero René Quevedo.

El reto es enorme. La contracción del consumo es de unos $600 millones mensuales, las cotizaciones a la Caja del Seguro Social (CSS) cayeron 40% en el 2020 y los ingresos fiscales en 27.9%.

La generación masiva de empleos requiere generar confianza, acelerar el proceso de vacunación, eliminar las restricciones de movilidad, inyectar unos $10 mil millones a la economía y trabajar todos hacia un mismo objetivo, considera  que ese  debe  ser  el objetivo.

En un entorno de estrechez fiscal y grave precariedad de las finanzas del Estado, el aporte del sector privado es clave. Históricamente, la inversión privada es 4 o 5 veces superior a la pública, y hoy ese aporte es más relevante que nunca. Sin inversión privada no habrá generación de empleos.

Pero luego de un año de cuasi paralización económica, el sector privado está descapitalizado, por lo que debe recurrir al financiamiento bancario, que es el “aceite del motor de la economía”.

En ese sentido, se deben simplificar los trámites y requisitos para que la actual liquidez bancaria llegue a las empresas, particularmente PYMES, que generan empleo.

Una camarera entrega almuerzos en el restaurante Donde Fanso, en la vereda afroantillana en Rio Abajo, Ciudad de Panamá (Panamá). EFE/ Bienvenido Velasco

La otra fuente de inyección económica, sostuvo René Quevedo,  es la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED). La mejor promoción para atraer IED al país es la experiencia de los inversionistas extranjeros que ya están en el país. 70% de la IED en Panamá viene de reinversión de utilidades, lo cual es síntoma de confianza en el país. Ahora se hace necesario utilizar las experiencias de estas empresas para que nos ayuden a “vender” a Panamá como un destino seguro para las inversiones extranjeras.

La consigna es generar empleos. Sin empleo no hay país. Para poder distribuir riqueza primero hay que generarla.  “Ideologizar” la situación, “atacar a los mensajeros” o ver lo que está pasando como un asunto de “buenos y malos”, “ricos y pobres”, “derechas e izquierdas”, etc., etc., no nos ayudará a generar ni un solo empleo, aseguró.

El ingeniero  Quevedo   dibujó una  radiografía  de lo   aterrador  que fue  el año 2020  en el que se perdieron unos 289 mil empleos, que en una economía que genera 45 mil empleos anuales, llevará más de 6 años recuperar. Peor aún, la planilla estatal aumentó y todo el impacto laboral del COVID-19 lo está pagando el sector privado, que perdió 37% de sus empleos formales, acelerando una tendencia que viene desde el 2013, cuando los trabajadores formales del sector privado representaban 53% de todos los empleos del país, para caer a 33% en el 2020, una caída de 20 puntos en 7 años.

4 de cada 5 trabajadores que perdieron sus trabajos ganaban menos de $750 mensuales. La crisis laboral afecta principalmente a la clase humilde.

Hoy hay menos asalariados privados y casi el doble de funcionarios que los que había en el 2004. Actualmente, 2 de cada 3 trabajadores en el país son informales y funcionarios. Eso es insostenible, concluyó el especialista.

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