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Desigualdad y corrupción quedan en evidencia en proceso de vacunación contra el Covid-19

Ashley Powell / La Verdad Panamá

Indignación y molestia es lo que han sentido los panameños ante los diferentes casos que dejan en evidencia la desigualdad y corrupción que arropa a Panamá en el proceso de  vacunación; ya han sido varias las historias que recalcan la falta de trasparencia, siendo  la última la vacunación  del expresidente Ernesto Pérez Balladares  en su residencia.

Esta acción va en contravía  de lo señalado  por el  Director de la Región Metropolitana de  Salud, Israel Cedeño, quien  dijo de manera enfática  que   el Minsa  no estaba vacunando a nadie  en su  casa. Que  diariamente  la institución   comunicaba cuáles  eran los  centros  de  vacunación en todo el país para que los  ciudadanos  acudieran a inocularse.

La  ciudadanía, se ha visto indignada, ya que los privilegios siguen primando en un contexto de emergencia sanitaria, en donde miles de panameños han perdido la vida, siendo la salud un derecho, no un privilegio de quienes pueden pagarla. Humildes  panameños    lidian con largas  filas  ante  un sol inclemente  para recibir una  vacuna  que a   veces  no llega  por la  falta  de  programación, sin embargo, los privilegios  de   los encumbrados del partido  gobernante  han salido a relucir.

Para  el doctor Fernando Castañedas,  dirigente de la AMOACSS, las autoridades deben dar explicaciones de este tipo de vacunación a domicilio, ya que podría ser que tiene algún familiar encamado, siendo la única razón para dicha excepción.

Indicó también, que no se justifica de otra forma vacunar a otras personas, y ojalá también tuvieran aquella consideración con el resto de los ciudadanos. “El gobierno ha politizado la vacunación hace rato, y deben garantizar más acceso a las vacunas antes que se eleve la curva de contagios. No debieron detener las compras de Sputnik u otras vacunas”.

Por su parte el epidemiólogo Xavier Sáez, expresó vía Twitter: “Que iluso soy, pensaba que los estragos de la pandemia nos harían mejores, más solidarios, empáticos y ciudadanos honrados, me temo que tendremos una peor “normalidad” en el país”.

La ciudadanía exige el desarme de la desigualdad, ya que existen muchos enfermos crónicos, y adultos mayores en el interior del país, esperando y rogando por ser vacunados, los mismos recalcan que no se conocen las circunstancias que motivaron al Ministerio de Salud a tomar esta decisión, pero, sí se conocen las reglas, repetidas por más de un año, y estas se encuentran lejos de este proceder.

“Ninguna de mis hijas ni nietos se vacunaron en mi casa. Afortunadamente, para que les dé más envidia, todos pudieron vacunarse en USA, y mi hija mayor aquí con AstraZeneca. Y, no le pedí la cortesía a la Dra Eyra”, fue uno de  los tuits  colgado por e expresidente.

La vacunación clandestina  en un edificio  de  Coco del Mar y  la aplicación de  500  dosis  en la Asamblea Nacional a espaldas  de  la población, se  suman a la lista de los  privilegiados.

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