Denuncian que el Gobierno no persigue a los funcionarios corruptos, al contrario, promueve la impunidad
Redacción La Verdad Panamá
Uno de los temas que en medio de la actual crisis social y económica que azota al país genera malestar e indignación en la población, es la falta de castigo certero a los actos de corrupción, señaló el presidente de la Unión Nacional de Pequeñas y Medianas Empresas (UNPYME), Franklin Martínez.
“Las instituciones de libre comercio que tenemos en Panamá son sólidas, el régimen legal que utilizamos para hacer nuestros negocios es saludable, lo que sucede es que las personas, los panameños están cansados de los actos de corrupción y no vemos a ningún funcionario detenido por corrupción”, afirmó.
Según su criterio, no existe ningún funcionario que sea corrupto por sí solo. Tiene que haber alguien de la empresa privada que lo corrompa, alguien que emite o gestiona ese acto de corrupción “y cuando el gobierno tome la decisión de meter tanto al corrupto como al corruptor en la cárcel, entonces veremos mejores días para Panamá”.
Necesitamos ver que la persona que le ofreció dinero a un funcionario vaya esposado a los tribunales y que el funcionario vaya detrás de él por haber aceptado. No puede ser que se habla de juzgar a personas por actos de corrupción y no estamos viendo las dos partes del delito, observó Martínez.
Sostiene que el Estado debe dar la sensación de que está persiguiendo la corrupción deteniendo a los funcionarios corruptos, a quienes están haciendo mal manejo de la cosa pública, a esos servidores públicos que echan gasolina en vehículos propiedad del Estado los viernes en la noche para trasladarse a la playa; eso es peculado de uso.
En esta dirección Franklin Martínez criticó fuertemente que servidores públicos de gobierno anteriores hayan paseado por la cárcel El Renacer, pagando uno y dos años pero nadie les quitó lo dineros que se robaron. “Se les comprobó que habían robado millones, pagaron uno o dos años con todas las comodidades y ahora resulta que estas personas están en las calles comiendo en los mismos restaurantes que tu y yo comemos. Esto es lo que le duele al panameño, el ver la sinvergüenzura de estas personas”. Parece ser un buen negocio, pagas uno o dos años y te quedas con los millones.
Es aquí donde necesitamos un presidente con los pantalones bien puestos y que diga que el acto de corrupción visto, será perseguido por los tribunales de justicia pero los dos, puntualizó.
El problema de la corrupción es endémico más que estructural y sobreviene de la falta de dedicación que han recibido las últimas generaciones (donde el juega vivo es ley).
Es importante -apunta Martínez- dar un giro de timón prudente y se tomen acciones encaminadas a enjuiciar a funcionarios procesados por corrupción y que en ese mismo acto se llame a juicio a la contra parte generadora del delito… el que corrompe.
“Detener, enjuiciar y condenar a las dos partes daría una sensación de hacer lo correcto por el motivo correcto”, concluyó el dirigente empresarial.