Expresiones ( junio impreso)
La calidad de vida de un país podemos medirla en función de las respuestas oportunas a las necesidades de sus ciudadanos y que se sostengan en el tiempo, en lugar de paliativos en los que se despilfarran los recursos del Estado.
Entre esas necesidades menores, exponemos el constante deterioro de calles y avenidas de la ciudad capital, sin que las autoridades pertinentes, en este caso, el Ministerio de Obras Públicas, atienda las quejas por tantos huecos, baches y zanjas que ocasionan daños y pérdidas considerables a los dueños de vehículos.
Es inadmisible que con un presupuesto para mantenimiento de 32 millones 234 mil dólares, de los cuales llevan en ejecución cerca de 20 millones, los contribuyentes no percibamos que el MOP esté reparando las calles que en puntos neurálgicos, son un completo desastre. Esto sumado a los desniveles de los alcantarillados que cada vez son más pronunciados.
Sería interesante que la Contralaría General de la República realice un audito a esta institución para conocer si, efectivamente, la ejecución presupuestaria va consonó a la realidad y si la calidad de los materiales usados reúne las especificaciones exigidas en el contrato, de lo contrario, estaríamos ante otra lesión patrimonial.