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Hay que adoptar medidas efectivas para evitar una catástrofe energética en el país

Mileika Valdespino / La Verdad Panamá

Panamá se encuentra inmerso en una preocupante crisis energética para este año 2023, con el temor de apagones masivos que podrían paralizar el  país. La dependencia excesiva de fuentes de energía térmica y combustibles fósiles han llevado al límite la capacidad de generación eléctrica, poniendo en riesgo el suministro de energía para millones de ciudadanos.

El  ingeniero Gustavo Bernal expresidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), manifestó a La Verdad Panamá  que entre el 70% y el 80% de la energía utilizada en el país se genera a través de combustibles fósiles, lo cual plantea un riesgo considerable para el suministro eléctrico.

La situación se ha agravado debido a los niveles mínimos de agua en las principales hidroeléctricas del país, poniendo en riesgo su capacidad de generación. Además, la energía eólica y solar, aunque en desarrollo, aún no son suficientes para suplir la creciente demanda.

Ante esta situación, el ingeniero insta a mantener un abanico de fuentes de energía y promover la generación distribuida, donde los hogares y las empresas instalen sistemas renovables para reducir su consumo y contribuir a la sostenibilidad energética. Sin embargo, la falta de una red inteligente que pueda gestionar adecuadamente estas diversas fuentes de energía representa un desafío significativo. Se necesitan inversiones y avances tecnológicos para lograr una transición energética eficiente.

Con el colapso energético acercándose rápidamente, se deben buscar soluciones concretas y alternativas más económicas en la que los usuarios puedan explorar opciones de energía más asequibles y se busca el apoyo financiero para que los hogares puedan acceder a la instalación de sistemas renovables. En este momento crítico para el país, es esencial que las autoridades y la población actúen de manera urgente y coordinada para evitar una catástrofe energética que paralice a Panamá. El futuro del suministro eléctrico y la sostenibilidad del país están en juego, y se requieren medidas decisivas para garantizar un panorama energético estable y seguro.

Manifiesta que se deben evaluar y deben tomar a tiempo decisiones no apresuradas, pero tampoco dilatadas en términos de que no nos aboquemos a crisis como nos han llevado hace 10 años por ejemplo más o menos en otras administraciones, las cuales por no informar dilataron mucho una decisión de alerta para que se tomaran precauciones.  La curva de consumo en la energía en Panamá es muy grande tanto de noche como de día, casi 1552 megavatios mínimos y tenemos todavía picos de demanda que sobrepasan los 2171 megavatios.

Nuestro mayor peso está en el aire acondicionado y los elementos de refrigeración en nuestros locales;  se tendría que invocar de nuevo en su momento la resolución para que los usuarios que tenían infraestructura energética local ya sea planta de generación de emergencia de gran capacidad entre otras, encendieran  sus máquinas en las horas pico de demanda, llámese entre las 11 de la mañana a las 2 de la tarde para bajar un poco ese pico de demanda máxima y de esa forma bajar la energía, propuso el  experto.

En este momento crítico para el país, es esencial que las autoridades y la población actúen de manera urgente y coordinada para evitar una catástrofe energética que paralice a Panamá. El futuro del suministro eléctrico y la sostenibilidad del país están en juego, y se requieren medidas decisivas para garantizar un panorama energético estable y seguro.

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