Reportajes

LA VERDAD DE LOS PRÓCERES

proceres

Por Rommel Escarreola Palacios (Edición impresa noviembre)

Los panameños tienen la tendencia a expresar su patriotismo en los días novembrinos. La izada de la bandera abre el compás de las festividades. Las dianas y el repique de tambores también es  parte de los actos protocolares. Los discursos se desbrozan en un sentimiento  de añoranza indescriptible. Pareciera que el nacionalismo,  los héroes y patriotas aparecieran después de un largo descanso de once meses. Sin lugar a dudas, dichos actos podrían calificarse  además como   un evento coyuntural y  de recordación emotiva. Es indudable que para otros sea un escenario donde se invoque   un nacionalismo sincero y quisieran  convertirlo en un acto de permanente recordación.

A no dudarlo que existe también una tendencia cuyo interés es realizar actos mediáticos con propósitos  personales.  A parte de  todo ese bullicio siguen en perenne anonimato los gestores de nuestros símbolos patrios. Singular ejemplo es la figura de María Ossa de Amador que después de la muerte de su esposo Manuel Amador Guerrero por urgencias económicas viajó a Europa y luego falleció   en Charlote Carolina del Norte.  Sobresale por igual la figura de Santos Jorge,  el insigne músico de nuestro himno, que  por el oportunismo más que por justicia fue  destituido  del cargo de  Director de la Banda Repúblicana, y luego debió pasar al anonimato encerrado en las paredes del Conservatorio Nacional dictando  clase de solfeo.

Y qué decir de Jerónimo de la Ossa el autor de la letra del Himno, fue además extraordinario  matemático, ingeniero y poeta. Sus enemigos que eran los que adversaban   su talento no aprobaron la partida para erigirle un busto a  su memoria.

Un alemán pintó nuestro  escudo nacional

Pero la furia de los antipatrias hincó su mediocridad en otro patriota, Max Lemm, de origen alemán, artista geógrafo y profesor de dibujo de la escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía. Él es el verdadero pintor de nuestro primitivo escudo de armas.  Su arte fue ocultado y su nombre pasó al ostracismo. Empezó a perder la visión y solicitó una pensión que le fue negada. Así las cosas,   el olvidado Lemm debió pasar al exilio voluntario y murió ciego. En el caso de Lemm, el agravio  es más  inconcebible, debido a que no se conoce dónde reposan sus restos mortales.

Grandes patriotas murieron  en la  indigencia

En frio comentario de Nicanor Villalaz, el que dibujó el escudo lo sintetizo  así; Atropellado por la política criolla y menospreciado pese a  su talento y arte, debió hacer sus maletas y dirigirse a Centroamérica y falleció el 21 de abril de 1932. No he terminado aquí, otro patriota Manuel Encarnación Amador hijo del primer Presidente dibujó en la clandestinidad nuestra enseña, esa de  la cual usted y  todos los panameños estamos orgullosos.  Excelente pintor, hombre de letra y cultor del lenguaje.  Autor de la desconocida obra: Fundamentos del Panamane.   Ocupó el cargo ad honoren de  ministro de Hacienda y Tesoro. En Nueva York realizó exposición de sus obras pictóricas. En los albores de su vida para sobrevivir se dedica a dictar clases de pintura en un cuartucho de la Escuela Nacional de Pintura.

Le otorgan la pensión un día después de  su muerte

Sufrió la indiferencia de los mandatarios de turno.  Hombre que enfermo tenía que visitar   los cafés de la plaza cinco de mayo, con el ánimo de que alguien sufragaras sus apuros económicos.   Fue recluido en el hospital por afecciones y pérdida de la visión. Pobre y triste exigió una pensión, la cual se le otorgó el día después de su muerte.

Una lección irrecusable se descompone en el silogismo en que los auténticos patriotas mueren solos. Sufren el despreció de sus contemporáneos y por oportunismo médiatico sus figuras son sacadas  del olvido y el ostracismo  acomodadas al momento coyuntural de quienes hacen propaganda para el lucro personal y para colorario de nuestra historia, sus imágenes se terminan  vendiendo como  afiches por editoriales extranjeras.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *