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“Me estoy aguantando mi rejera”, exclama dueña de fonda azotada por el aumento insostenible de los precios del combustible

Wendy Guevara / La Verdad Panamá

Las fondas de Panamá Oeste continúan sufriendo los embates del aumento del combustible en una crisis que se precipita a lo insostenible para los propietarios de cada establecimiento, dejando atrás despidos por la reducida clientela.

Aceite, ají, arroz, mariscos, son algunos de los productos básicos que han  registrado un significativo aumento en los últimos meses, siendo estos parte de la materia prima de las populares fondas panameñas, situación atribuida al aumento constante del precio del combustible en el país.

La búsqueda de alternativas para enfrentar la crisis sin afectar a la clientela, ha sido durante los últimos meses la opción más viable para múltiples establecimientos en el sector Oeste del país, sin embargo, los despidos, el aumento de los precios en el menú o la reducción de servicios también se ha impuesto en los establecimientos.

Los efectos  de estos aumentos en  establecimientos donde se ofrecen alimentos típicos panameños a bajo costo, han causado un impacto significativo en la economía de los panameños principalmente en los de clase trabajadora.

La Verdad Panamá recorrió fondas en el sector de Arraiján Cabecera en la provincia de Panamá Oeste para conocer cómo enfrentan las populares fondas de este sector las crisis que han impactado en el país desde los últimos años.

Es una situación caótica que ha causado preocupación, es como denomina la propietaria de la Fonda Paulette, ubicada contiguo a la Escuela Stella Sierra. Los precios  en los  insumos  como arroz, aceite y vegetales son insostenibles,  sumado  al tema del alquiler.

Noris Quintero, propietaria del establecimiento, declaró que hasta el momento, el precio de los platos que se ofertan no ha registrado un alza, no obstante,  las  bajas ventas  y los problemas que enfrenta  la clientela  son los principales motivos  para mantener  sus precios  en el menú.

A pesar de las crisis que vive este sector, Quintero declaró que no ha considerado cerrar el establecimiento ya que es el sustento principal de su familia de 7 integrantes “me estoy aguantando mi rejera, pidiéndole a Dios que todo cambie”.

Algo  sentida  expresó que no ha recibido ayuda por parte de ninguna entidad pública y asegura que aunque la crisis por el combustible y el alza de los alimentos es de carácter internacional, hay acciones y gestiones que las entidades gubernamentales puede realizar en beneficio del pueblo panameño.

Los despidos o reducción de personal, han sido las  herramientas  de la propietaria de  este negocio para hacerlo sostenible. Previo  a la crisis contaba con 4 colaboradores, actualmente solo laboran 2 en el establecimiento, quienes no cuentan con un salario fijo por las bajas ventas y reciben una remuneración que depende de las ganancias que el establecimiento obtenga al día.

“La situación es  variable, aventurada, hay días que se vende solo para para mantener los gastos”

En la fonda Paulette, los precios varían de  entre los 1.50 a 3 o 4 dólares donde en el plato de mayor precio se ofrece arroz, ensalada, pollo/chuleta o cerdo asado.

El Restaurante Mayra es otro de los establecimientos que ha buscado mecanismos para subsistir la crisis actual realizando recortes de servicios  para minimizar los costos, entre ellos, el servicio de deliverys  por el costo del combustible.

Este local  ha tratado de mantener los costos en su menú para no crear una afección directa en su clientela a pesar de que insumos como el aceite, mariscos y vegetales han registrado un alza.

“Por mi mente en ningún momento  pasa cerrar mi negocio porque me quedaría sin sustento”,  es lo que declaró Mayra, propietaria del restaurante Mayra.

El  menú del restaurante contiene precios que varían entre los 3.50 hasta 6 dólares, en ellos se incluye ensalada, guarniciones, arroz y menestras, siendo los clientes frecuentes de este establecimiento personas de clase trabajadora de este corregimiento (abogados, agentes de tránsito y personal de las instituciones públicas del municipio)

Según la propietaria, actualmente 5 personas laboran en el establecimiento, cifra que no ha variado ante la crisis sanitaria y del combustible, sin embargo, se han visto obligados a reducir servicios ya que anteriormente realizaban desayunos, almuerzos y se extendían hasta las 8 de la noche, en la actualidad solo brindan el servicio de almuerzo y cierran sus puertas a las 3 PM.

Pese a que el número de ventas parece alentador ( 50 platos o más al día) Mayra declaró que el negocio no está siendo rentable, ya que solo permite invertir en materia prima o el salario de los trabajadores y no está recibiendo ganancias “hay que seguir luchando”

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