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No al Matrimonio gay, Movimiento toma fuerza

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La legalización del matrimonio o unión entre personas del mismo sexo es una “papa caliente” tirada de allá para aquí y de aquí para allá, con la diferencia de que esta vez la intensidad del reclamo gay es más fuerte, pues ahora goza de un precedente histórico en los Estados Unidos y de un fuerte apoyo de sectores poderosamente económicos en Panamá.

En medio de las vísperas de la celebración del Día Internacional del Orgullo Gay -28 de junio- la comunidad LGBT (lesbiana, gay, bisexual y transexual) recibió el mayor espaldarazo en toda su historia: La Corte Suprema de Estados Unidos falló a favor de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el territorio de ese país. Pero ahí no queda el asunto, los movimientos pro LGBT siguen haciendo “lobby” y presión para que lo ocurrido en Estados Unidos se convierta en un efecto dominó en el resto del mundo, ante el recelo y la reprobación de los sectores más conservadores y religiosos.

Panamá no escapa a esas realidades. El “lobby gay” a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo se sigue moviendo y es muy probable que en los primeros días de este mes de agosto la “papa caliente” vuelva a ocupar la palestra pública y el encendido debate en el primer órgano del Estado: La Asamblea Nacional.

Van por su ley

Ricardo Beteta, presidente de la Asociación Hombres y Mujeres Nuevos de Panamá (AHMNP), reveló en exclusiva a La Verdad que para este 7 de agosto de 2015 tienen programado una reunión de consulta interna y con activistas independientes para tomar una decisión unificada sobre lo que pedirán a la Asamblea Nacional. Las opciones son tres: Matrimonio, igualdad jurídica de parejas o convivencia.

“Aún no sé qué vamos a pedir. Vamos a hacer la consulta ese día y tomaremos una decisión. Lo que sí estoy seguro es que queremos lo mismo que tiene todo el mundo, que no esté ni por arriba ni por abajo, sino igual”, confesó Beteta, quien estimó que “en la semana del 10 de agosto de 2015, yo me debo estar presentando ante la Comisión de Gobierno de la Asamblea, con el anteproyecto de ley para dar inicio a la discusión del mismo”.

Dependiendo de los resultados que logren durante el mes de agosto, entonces confeccionarán un informe el cual presentarán en la segunda revisión de Derechos Humanos a la cual será sometido el Estado panameño, en septiembre de este mismo año 2015. “No es que logremos el matrimonio y ya se acabó la lucha de nuestros derechos, no… Aquí en Panamá hay un problema profundo de homofobia, lesbofobia, transfobia, violencia policial, violencia legal… Es un tema general de discriminación que afecta a los grupos más vulnerables: LGBT, indígenas y afro descendientes”, advirtió Beteta.

A pesar de que reconoció que tras la marcha efectuada en vía Argentina, hay nuevos elementos: “Gente con mucho recurso económico  e influencias que están dispuestos a darnos apoyo… [Monseñor, José Domingo] Ulloa dijo que él estaba dispuesto al debate con la condición de que no se mencionara la palabra matrimonio… El presidente [Juan Carlos] Varela dijo que él estaba dispuesto a debatir protección patrimonial entre personas del mismo sexo”, sin embargo, Beteta reprochó otras normas, actitudes y posturas.

Por ejemplo, Beteta repudió el hecho de que el Gobierno haya manifestado de que “el tema no es una prioridad”. También criticó que “la Iglesia cerró todas las vías cuando promovió la Ley 7 del 8 de mayo de 2014”.

Dicha Ley, denominada “Que adopta el Código de Derecho Internacional Privado de la República de Panamá”, contiene dos artículos sensitivos: Artículo 40, por el cual quedó establecido que “se prohíbe el matrimonio entre individuos del mismo sexo”; y el Artículo 42, que reza: “No se aplicará la ley extranjera cuando sea contraria al orden público panameño”, con lo cual queda prohibida la entrada al territorio panameño de parejas homosexuales casadas en otros países, en calidad de cónyuges.

Igualmente, el activista fustigó que en la Asamblea Nacional no se haya avanzado con el anteproyecto de ley “Por la no discriminación por orientación sexual e identidad de género”. Según Beteta, el documento “pasó todos los filtros, ya que fue aprobado para que continuará su trámite al primer debate, pero hubo grupos fundamentalistas como la iglesia Católica, Evangélica, el Opus Dei [movimiento ultra-conservador del catolicismo], periodistas y medios abiertamente homofóbicos que lo impidieron”.

Beteta concluyó que “hay que buscar la vía para lograr la protección patrimonial” y reconoció que “hay activistas [LGBT] que están entretenidos en otros temas que no son legales”.

Unión de hecho, la otra opción

“Estamos de acuerdo que tengamos los mismos derechos, pero que le llamemos ‘unión de hecho’. Nosotras hablamos de ‘unión de hecho’ porque cuando dices la palabra matrimonio, eso genera polémica. Yo quiero tener derecho al seguro social bajo la condición de beneficiaria de mi pareja, a poder compartir bienes… No lo llamo matrimonio… Yo no quiero vestirme de blanco ni faltar a ninguna religión, simplemente quiero tener igualdad de derechos y estar bajo el amparo de la ley, que morbosamente le estén llamando matrimonio, son otros 500 pesos”, expresó Venus Tejada, fundadora de la Asociación Panameña de Personas Trans (APPT).

No obstante, Tejada advirtió que la prioridad de ellos y ellas –como personas trans- no es la discusión de la legalización de la unión entre personas del mismo sexo, sino “la ley de identidad de género… que se me acepte como una mujer… que en mi cédula aparezca mi nombre como mujer y mi género femenino… En la cédula debe decir género, no sexo. Si dice sexo, entonces debería de aparecer la foto de mis genitales, no de mi cara”.

Aunque Tejada cuestionó que la “Iglesia en vez de unir está separando… Las iglesias lo que están haciendo es apartando personas y no deben juzgarnos por nuestra condición porque ellos no son quiénes para juzgarnos”, dejó claro que para ellas y ellos -como colectivo trans- la legalización de la unión entre personas del mismo sexo no es prioridad, al menos por el momento: “Nosotras vamos por una ley de identidad de género y estamos tomando como modelo la ley de Argentina… ya los abogados están haciendo los análisis y preparando el documento”.

La Iglesia y su doctrina

A través de correo electrónico se trató de tener una versión oficial de la Arquidiócesis de Panamá con respecto a la legalización de la unión entre personas del mismo sexo, empero, al cierre de esta redacción no habían respondido.

Igualmente se contactó a varios sacerdotes, quienes señalaron que en el 2014, la curia emitió una circular para todo el clero en donde dejó claro que las declaraciones –en temas morales- solo podrían ser pronunciadas por la Arquidiócesis o a quien la jerarquía de la misma tuviese a bien designar.

Sin embargo, el arzobispo Metropolitano de Panamá, José Domingo Ulloa ya había advertido que la palabra matrimonio proviene de “matriz”, que es sinónimo de vida, en clara alusión a que la unión entre personas del mismo sexo no genera vida, por lo tanto pidió: “Llámenla otra cosa, pero no matrimonio”.

El pastor de la grey católica capitalina también manifestó que dará el pecho “en proclamar el evangelio de la familia” del matrimonio entre hombre y mujer abierto a la vida.

Hace algún tiempo, el mismo papa Francisco declaró que “no soy quien para juzgar a un homosexual”, pero al poco tiempo, la Iglesia publicó un documento en el cual expresaba que mantenía su doctrina sobre el matrimonio: La unión entre un hombre y una mujer.

Repercusiones políticas y sociales

La pasada marcha del Día Internacional del Orgullo Gay contó por primera vez en Panamá con el apoyo de un alcalde. Se trata del alcalde capitalino, José Isabel Blandón, quien ese día portó la bandera del arco iris, símbolo representativo de la comunidad LGBT, hecho que generó críticas a favor y en contra.

Blandón formar parte del oficialista partido Panameñista, el cual es liderado por el presidente Juan Carlos Varela, a quien muchos detractores vinculan directamente con el movimiento internacional del Opus Dei [sector de fuerte poder económico y ultra-conservador del catolicismo].

No obstante, Blandón guardó distancia de la línea conservadora de su líder y gobernante panameño. Este medio trató de consultar a la máxima autoridad del distrito capital, sin embargo, nunca respondió ni las llamadas telefónicas ni los mensajes en su Whatsapp.

Las repercusiones políticas y sociales de la legalización de la unión entre personas del mismo sexo es algo inimaginable en Panamá, sobre todo cuando los máximos dirigentes de los partidos políticos firmaron el año pasado –previo a los comicios electorales- el Pacto por la Familia, un documento promovido por la iglesia Católica, en el cual los políticos se comprometieron a defender la institución tradicional llamada familia, conformada por un hombre y una mujer.

Psiquiatras consultados por este medio, afirmaron que en el gremio local e internacional hay varios especialistas que siguen considerando a la homosexualidad como una patología psiquiátrica, a pesar de que la práctica del homosexualismo fue sacada de la lista de enfermedades mentales en 1990, por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

 

 

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