Expresiones

¿Por qué mejorar la educación en Panamá?

Por: Abdel Fuentes

El autor es periodista y docente universitario

¿Se ha preguntado si los profesores saben cómo lograr que su hijo aprenda?  ¿Le permiten aportar temas? ¿Disfruta de las clases, o desea que terminen pronto?

Resultados de aprendizaje

Algunos docentes prohíben el uso de celulares porque piensan que son un obstáculo para el aprendizaje. Expertos de la UNESCO tienen otra mirada, recomiendan el empleo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

En colegios primarios y secundarios, públicos y privados, persisten esquemas de enseñanza del siglo pasado. Los contenidos y estrategias de aprendizaje de hace 50 años son los mismos. Importa más que el estudiante obtenga buenas notas, se dispute un lugar, como si de una carrera se tratara, a que logre cambios en su conducta, refuerce habilidades y adquiera conocimientos aplicables.

Desenfoques de la evaluación

Para algunas escuelas y maestros de primaria  evaluar significa castigar el fracaso académico o premiarlo.  En Europa han incorporado estrategias que le permiten al infante aprender de sus errores.

BBC News de octubre de este año cita a un docente español quien propone evaluar al niño por sus cualidades, en lugar de las notas numéricas. Piensa que los pequeñines necesitan sentirse valorados por sus habilidades y actitudes como dibujar bien o ser respetuosos etc.

Pobre estrategia  

En la secundaria los adolescentes parecen haberse acostumbrado -aunque siempre hay profesores creativos-, a clases aburridas y sin metodología efectiva. Se les asigna murales en grupo y charlas en PowerPoint.

La montaña de tareas que los alumnos de primaria y secundaria llevan a casa genera más estrés que aprendizaje. Investigadores de la universidad de Duke en Estados Unidos aseguran que no existen pruebas que demuestren que las tareas mejoren los resultados del alumno.

¿Memorización o comprensión?

En colegios públicos y privados al estudiante se le exige memorizar contenidos de interés general. Cuando llegan a las universidades se les hace difícil desarrollar un pensamiento crítico y realizar lecturas para el análisis.

Los chicos estudian algunos datos sobre eventos históricos como fechas y nombres que memorizan para la prueba, pero rara vez logran internalizar qué fenómenos sociales o políticos marcaron esos acontecimientos. Poco se analizan los hechos según la conexión que hay entre el pasado y el presente. Por ello no logran comprender el presente porque desconocen el pasado.

Persiste el relato de que los españoles fueron los conquistadores de una tierra desconocida  aunque abundan las evidencias históricas que desmienten esa versión.

Un sistema educativo arcaico  

Los estudiantes aprenden en un sistema obsoleto, con programas sin objetivos claros que complican el trabajo docente. Esto obligar al educador a rediseñar los contenidos y las estrategias, pero pocos lo hacen.

Estudiar la experiencia de países como Finlandia, Suecia, Corea del Sur y otros, que cuentan con sistemas educativos que están dando buenos resultados, podría ayudar a reformar la educación en Panamá.

Finlandia modelo a imitar

Según un reporte del sitio ecoosfera.com en Finlandia todos tienen derecho a educarse. La educación es obligatoria, pública y gratuita desde los 7 hasta los 17 años. Los especialistas creen que los 7 años es la mejor edad para iniciar clases porque el cerebro está en su mejor condición para el aprendizaje.

Es ilegal abrir escuelas privadas y no hay diferencias entre los colegios, ninguno es  mejor que otro. Los niños y niñas, hijos de ricos, estudian junto a los otros niños. La política educativa incluye, de forma gratuita atención sanitaria, alimentación y  transporte.  En algunos niveles los libros son financiados por el Estado.

 

Saunalahti school in Espoo, Finland
Photo by Andreas Meichsner for Verstas architects

Las escuelas son comunidades en donde todos aprendan unos de otros, también los adultos de los niños”.

Fuente fotográfica: this is Finland

Los estudiantes no llevan montañas de tareas a casa. Existe consenso en torno a que los alumnos necesitan más tiempo para ser niños, compartir con sus familiares y realizar actividades que le permitan tener experiencias de aprendizaje. En los casos en que un estudiante deba cumplir con una tarea, hacerla no le toma más de 20 minutos.

Tampoco existen los exámenes estandarizados. Los planes de estudio son diseñados según las fortalezas y preferencias de los estudiantes.  Es importante saber qué les gusta, qué les hace felices y qué saben hacer bien.

La memorización no existe en la metodología finlandés. Los padres tutelan el aprendizaje y progreso de sus hijos mediante los informes que reciben de los docentes.

La política educativa posee objetivos claros para sus ciudadanos. La nación europea de 5 millones y medio de habitantes tiene salarios envidiables –2,800 euros mensuales- e impone una alta carga tributaria que garantiza educación para todos.

Saunalahti school in Espoo, Finland
Photo by Andreas Meichsner for Verstas architects

El diseño de las aulas buscan estimular el aprendizaje anulando el modelo tradicional.  

Fuente fotográfica: this is Finland

Modernizar la educación en Panamá no es una opción

Transformar la educación exige establecer una política de Estado y de país. Los cambios requieren del conocimiento y la  experiencia de especialistas en la planificación de programas  educativos -currículo-.

Es importante renovar la metodología de enseñanza, incorporar nuevas tecnologías y formar mejores docentes. Urge prestigiar la profesión y mejorar los salarios.

En Panamá los docentes en la mayoría de las escuelas y universidades privadas reciben salarios vergonzosos y en algunos casos son poco valorados y respetados. Hay una intensa actitud de menosprecio y demonización del docente por parte de la denominada opinión pública que regularmente es avalada por algunos medios y  mercaderes de la educación que se autodenominan expertos.

El magisterio debe ser una profesión en la que existan mayores filtros con miras a elevar la calidad docente.

El caso finlandés es interesante. Según la web this is Finland producida por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia, “es difícil acceder a los estudios de formación docente. En el 2014 solo el 9% de los aspirantes pudo ingresar a la Universidad de Helsinki”.

En Finlandia los docentes que enseñan de séptimo a noveno grado deben tener maestría en la materia que enseñan y estudios de metodología pedagógica en Ciencias de la Educación.

Una de las ventajas del sistema educativo finlandés es que la profesión es respetada por la sociedad y el docente es bien remunerado.  

Para transformar la educación también hay que cambiar la manera de entender el éxito y crecimiento económico del país. El Banco Mundial (BM), señalado como responsable del endeudamiento de muchos países, que incluso impone políticas económicas como condición para aprobar los préstamos, ya no mide el éxito o desarrollo únicamente en base al crecimiento económico, también utiliza el denominado Índice de Crecimiento Humano (ICH) que tiene que ver con educación y salud.

Un reporte de BBC News citando al BM indica que entre más se invierta en educación y salud mayor será el ingreso de la fuerza laboral y la productividad del país.

De acuerdo al último informe presentado por el Banco Mundial a inicios de octubre del 2018 en Bali Indonesia, “el Índice de Crecimiento Humano refleja la productividad como trabajador futuro de un niño nacido hoy, comparada con la de esa misma persona si tuviera salud plena y una educación completa y de alta calidad. En una escala de cero a uno, el uno es el mejor resultado”.

Según el Banco Mundial Panamá presenta un índice de 0.53. Aparece la lista de países que menos se preocupan en invertir por mejorar la educación y  la salud.  A nivel mundial ocupa la posición 91 y en Latinoamérica la número 11.

Fragilidad en la formación universitaria

En su planeación el docente debe reforzar las competencias relacionadas con la humanidad del estudiante. Las universidades están graduando a profesionales que rebozan de conocimiento y destrezas técnicas pero con  pocos valores éticos, morales y solidarios.

Docentes de universidades públicas y privadas coinciden en que algunos jóvenes egresados de colegios públicos y particulares presentan serias deficiencias académicas y conductuales. Sorprende su incapacidad para interpretar la realidad, falta de visión personal y pobreza de solidaridad con sus compañeros y familiares.

¿Educación, derecho o negocio?

La educación es un derecho humano, así lo consigna la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el artículo 26 y la UNESCO. El mercantilismo educativo desvirtúa ese derecho.

Abundan los gobiernos y Estados y Panamá no es la excepción, donde el derecho se está transformando en un negocio. En los Estados Unidos y otros países la educación universitaria pública no es gratuita.  En el  negocio educativo la prioridad son los ingresos monetarios y no los objetivos de transformación y superación del  individuo.

Las diferencias entre las escuelas en términos de calidad educativa, la necesidad de contar con docentes con vocación y bien preparados, la falta de una revisión científica de los planes de estudio por parte del Ministerio de Educación y lo ya expuesto, son razones suficientes para transformar la educación en Panamá.

El próximo período de campaña electoral es oportuno para encarar a políticos y politiqueros sobre esta realidad. En lugar de formular falsas promesas electoreras el compromiso de los candidatos presidenciales es convocar a  los expertos nacionales, mirar la experiencia internacional y empezar a trabajar en un proyecto de Estado y de país para transformar la educación.  Tristemente ello no ocurrirá porque los candidatos de la partidocracia  -virtuales ganadores-  apuestan más al mercadeo político que a un plan de desarrollo integral a favor del país.  Responden a la agenda del poder económico cuyos protagonistas suelen ser los patrocinadores de sus campañas.

El autor es periodista y docente universitario.

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