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Sectores  vulnerables siguen  sin  recursos para  resistir crisis  sanitaria

Los  millones  entregados a la banca  tendrían más impacto en la recuperación, si  hubieran  sido destinados  a los sectores  más  afectados en el momento crítico de la pandemia, manifestó el  abogado  Ramiro  Guerra.

El sector  empleador  refleja  preocupación  por la  lenta reactivación de la economía, producto de  un consumo contraído, sin embargo,  esto pudo evitarse poniendo en manos de  los “quédate en casa” recursos  que triplicaran  los cien dólares  que dio el gobierno, igual  que  fondos para  la contingencia  de  la pequeña y mediana empresa.

“No se hizo y no resultaba complicado en esos momentos,  pronosticar,  un mercado limitado y contraído, por falta de compradores dada la escasez de circulante. Se actuó con una cautela exagerada”, afirmó  el  abogado.

Razón tenían los trabajadores, cuando en la mesa tripartita, sugirieron que se le entregara a los suspendidos , un bono de 300 a 500 dólares. La realidad hoy con relación al consumo fuera distinta,  puntualizó  Ramiro  Guerra.

¿Me pregunto si acaso si la lenta  reactivación de las actividades, estará relacionada con una errada política económica  durante la pandemia Covid 19?

Vales   para  alimentos

No obstante, el Gobierno  buscó alternativas  con los  gremios de los  trabajadores, estableciendo  mediante  ley  un  programa de  vales  alimenticios  que aumentó  de 350 a 500  dólares.

“Esta es una herramienta con la que se busca impulsar las ventas en algunos locales, pero también ampliar la cobertura del beneficio a los trabajadores con contratos suspendidos. Este proyecto facilita la cobertura de gastos de colegiaturas, en todos los niveles, e incluso gastos médicos y de laboratorios privados”, reiteró la Ministra durante la sesión.

El proyecto, consensuado entre trabajadores y empleadores, propone el aumento de los vales alimenticios de 350 balboas a 500 balboas, también propone ampliar el alcance de su uso en supermercados, farmacias, compra de útiles escolares, servicios de salud, laboratorios y pago de servicios educativos en todos los niveles, desde Centros Integrales de Atención de la Primera Infancia (CAIPI), hasta universidades.

 

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