Reportajes

Cada día hay 11 divorcios en Panamá

febrero divorcios

Edición impresa febrero 2016

Donde hubo fuego…

Carolina y Jorge vivieron un traumático matrimonio durante 15 años, en donde hubo violencia física y psicológica de ambas partes. “Llegó un momento en que por varios años, vivimos separados. Después de 10 años de vivir separados, él me interpuso una demanda de divorcio. Finalmente nos divorciamos legalmente, sobretodo porque él quería casarse con una muchacha que tenía la misma edad que uno de nuestros hijos. La jovencita le fue infiel, y al año de eso, después de 17 años de separados, el ‘regresó con el rabo entre las piernas’, pero ahora yo le puse las reglas del juego”, narró Carolina, quien sostuvo que ahora viven unidos, pero no casados…

No existen reportes de parejas que se “juntan”

A diario, el amor se acaba… Al menos en Panamá, en los últimos tres años, se registraron 11 divorcios cada día. A pesar de eso, también diariamente, entre 35 a 38 parejas contrajeron matrimonio, en los últimos tres años. O sea que mientras a unos se les acaba el amor, a otros les nacía…

Las cifras anteriores son las oficiales que maneja el Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República, es decir, se refieren a aquellas parejas que desarrollaron sus matrimonios o divorcios ante las autoridades competentes. Sin embargo, no existe reporte de los que se juntaron “detrás de la puerta” o los que se separaron al estilo de los “barrios de trifulca”. Tal vez, esos números incógnitos son más alarmantes que los oficiales…

El mismo informe de la Contraloría sostiene que desde el año 2010 hasta el año 2014 se registraron un total de 68,399 matrimonios contra 19,982 divorcios, que si se analiza -sin tener en cuenta el estatus informal en que se encuentran muchos hogares en Panamá- podría llegarse a aseverar que son más los que están creyendo en amor…

Abogan por la familia

Tras la última asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Panameña (organismo que aglutina a todos los obispos católicos del país), los pastores de la grey católica panameña abogaron por la familia, la unidad de la misma y advirtieron que: “No se respeta la dignidad humana. No podemos acostumbrarnos a la violencia, al crimen, al asesinato. Esa no es nuestra naturaleza. En medio de este ambiente, nuestra niñez y juventud, así como las mujeres, son los más vulnerables. Todos, autoridades, empresas privadas, iglesias, organizaciones civiles, debemos involucrarnos más para acompañar a quienes buscan oportunidades o una luz de esperanza para sacar a sus familias adelante. Hay mucha gente buena que cree que no hay salida en esta espiral de violencia. Todos debemos superar la tentación de la negatividad, la indiferencia y la superficialidad”.

Matrimonios masivos

Pese a los grandes retos sociales que enfrenta el país, como lo es la desintegración familiar, el ministro de Desarrollo Social (Mides), Alcíbiades Vásquez, ve el panorama con más esperanza: “Es cierto que tenemos problemas en las familias panameñas. En todas las familias hay problemas, pero yo creo que tenemos que ver las cosas positivas. En el Mides incentivamos los matrimonios masivos para que aquellas parejas, que tienen años de estar unidas, legalicen su situación y puedan gozar de los beneficios que representa el estar casados”.

Vásquez sostuvo que “los divorcios se dan, ahí están las cifras, nadie las puede negar, pero tampoco podemos negar, de que muchas personas siguen creyendo en el matrimonio y en la unión familiar y eso es lo importante. Igualmente brindamos apoyo a aquellas familias que se encuentran atravesando por una posible ruptura. Como autoridades hacemos el esfuerzo de generar proyectos que sostengan la unidad familiar, sin embargo el trabajo no solo es nuestro, sino de toda la sociedad. Claro que hay familias que se pueden salvar, pero deben buscar ayuda profesional”.

Situaciones sociales

Para el sociólogo, Olmedo Beluche, los problemas de desintegración familiar están ligados a otras condiciones sociales: “La mala distribución de la riqueza, la falta de oportunidades, la carencia de trabajos con salarios dignos, la violencia intrafamiliar, la calidad de la educación, son problemáticas a las cuales el Estado no les ha dado respuesta ni solución y esto trae consecuencias severas para el desarrollo humano y económico del pueblo porque al no poder garantizar la unidad del núcleo familiar, tampoco se puede asegurar el desarrollo para los niños, jóvenes y nuevas generaciones”.

 

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