Nuevo confinamiento sería pegarle un tiro de gracia a la economía, a guardar disciplina
Los contratos no se van a reactivar con las empresas operando al 30%, lo cual es un duro golpe a la reactivación de la economía nacional, considera el consultor laboral, ingeniero René Quevedo.
Lo que sí representaría un tiro de gracia a las perspectivas de generación de empleos sería un nuevo confinamiento ante un repunte agresivo de casos, afirmó.
Ha habido un proceso de reapertura económica, que básicamente es la reapertura de la oferta y la economía no se va a reactivar hasta que se reactive el consumo. Esto es difícil al observar que se han reactivado 88 mil de los 285 mil contratos suspendidos y registrados en el ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral que equivale a un 31%, explicó Quevedo.
Sostuvo que, lo que más le preocupa son los contratos suspendidos y no registrados, muchos de ellos en el sector de las pequeñas y medianas empresas, que, según los cálculos, representa el 56% de todos los empleos generados en Panamá.
No es tema ni culpa de nadie porque el COVID-19 no vino con un manual de instrucciones. Estamos ante una pandemia económica que será mucho más severa que la sanitaria, apuntó el consultor laboral, agregando que este virus va a arruinar a más gente de la que va enfermar y lo más importante es seguir las instrucciones de las autoridades de salud.
Consideró que si se llega a un repunte peligroso de casos, es lógico que se hable de regresar a las medidas de confinamiento, lo cual sería pegarle un tiro de gracia a las perspectivas de generación de empleos.
Aseguró que el empleo está en coma y no se trata de que el gobierno no esté haciendo las cosas. Sí las está haciendo, pero no podemos poner en peligro la salud de la población si siguen esas violaciones flagrantes a las medidas sanitarias del ministerio de Salud.
Si bien la mayoría está cumpliendo con los criterios de distanciamiento, sabemos que hay mucha gente que no está cumpliendo y eso tiene un impacto sobre las cifras y eventualmente podría provocar otra restricción de la movilidad que realmente sería la sentencia de muerte al consumo, puntualizó.