Expresiones

¡Panameños desesperados! Una vacuna contra la muerte

Por: Edmundo  Dante  Dolphy

 

Si existe  un  tema sensible  que  debe ponderar  todo gobierno, es el  de  la salud pública, claramente consignado  en la Constitución de  la República  de  Panamá.

La crisis  sanitaria  generada  por la  influenza AH1N1, que según las estadísticas  oficiales  del Ministerio  de  Salud ha cobrado la  vida  a 22  panameños, sorprendió  a  las autoridades que no actuaron  responsablemente   en materia de  prevención.

El departamento de  Epidemiología  advirtió y no le tomaron importancia,  o sencillamente, no se midió la dimensión  del  avance  de  esta gripe  mortal, que extraoficialmente,  las cifras  son  superiores  a las  anunciadas, sumado a los 394 pacientes hospitalizados y 38 que permanecen en Cuidados Intensivos.

¿Por  qué en medio  de  este  escenario  se  quedaron  sin vacunas  en  las unidades de la Caja de  Seguro Social  y en los centros de salud  del  Minsa? Por  qué no hay  una campaña  masiva  de  prevención en los medios de  comunicación social?

En comunicación  de riesgo la columna vertebral  es precisamente  la información  oportuna y constante  para lograr  la  empatía y confianza de la población  afectada y  esto,  no se  ha  practicado en el caso  específico  de la aplicación de las  vacunas  en los  establecimientos  de  salud.

Esas  filas interminables, esa masa humana  de  panameños psicológicamente  afectados, traumatizados   porque  piensan que sus hijos  van a morir  inexorablemente si no se  colocan  la  vacuna, ha generado  un caos que pudo  evitarse  o atenuarse.

Lo que deben  pensar las autoridades de  salud es coordinar  con  los  departamentos de  comunicación de la CSS  y  del MINSA  para  que  sirvan de enlace  con los centros  y policlínicas  y que estos  le informen  diariamente  con cuántas  dosis  cuentan para que  se emitan comunicados en los medios, cintillos  permanentes  en  la programación regular  de las televisoras con énfasis  en los noticieros. De  seguro que  esta estrategia minimizaría  la cantidad de  ciudadanos que  por  falta de información se lancen  a  estos establecimientos.

Ver  a usuarios  de la tercera  edad  padeciendo, madrugando  para vacunarse contra esta gripe mortal, es inhumano y desconsiderado a la vez  que deja en evidencia  una total  falta  de  planificación. Cuántos muertos tendrán  que registrarse para declarar una epidemia? El pueblo debe ser primero en salud,por lo menos.

Ojalá  que el anuncio  del señor presidente  de la  República, de que  entre  viernes y lunes  se espera    más de un millón de  vacunas, no se convierta  en otra ilusión y frustración, tal cual  ocurrió  con  la compra  de insumos para el hospital Santo Tomás. Garantizó  que en cuestión de días se resolvería y nunca  fue  así, porque pasaron semanas…
No le  pidamos paciencia  a la gente, hagan su trabajo como  corresponde.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *