Expresiones

Operación Militar Especial o Invasión Rusa a Ucrania 2022: “Entretanto, sigue creciendo la mayor amenaza hacia una Tercera Guerra Mundial desde la creación de la ONU en 1948”

Por Luis A. Zegarro R: Oficial de carrera  militar / Lcdo. En Defensa Nacional y Seguridad Pública / Especialista en Criminología

Urge el llamado a la cohesión de un liderazgo preventivo, oportuno e histórico por parte de los miembros permanentes de El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Rusia, EE. UU. China, Reino Unido y Francia). El análisis situacional a veinte días de conflicto, apremia la toma de decisiones de manera ipso facta y con carácter de “extrema prevención” en virtud de:

  1. El fracaso de las iniciativas mediadoras para detener las hostilidades.
  2. El radicalismo existente en la defensa de las posiciones geoideológicas entre los poderes hegemónicos.
  3. El desarrollo escalonado de los acontecimientos, propiciando la creciente desestabilización geopolítica y socioeconómica a nivel global.
  4. La amenaza a la seguridad alimentaria generada en el mundo por ser Rusia y Ucrania grandes exportadores de alimentos como el trigo y el maíz entre otros.
  5. Los más de tres millones de desplazados ucranianos hasta la fecha se constituye en el mayor éxodo de refugiados que se vive en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
  6. La elevación del tono con amenazas de una tercera guerra mundial de orden nuclear con advertencias sobre posibles decisiones contra la paz y seguridad de la humanidad.

La responsabilidad de El Consejo de Seguridad como uno de los principales órganos de la ONU en lo concerniente a la preservación de la paz mundial se encuentra establecida en el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas: Acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión y se explica en las disposiciones de los artículos desde el 39 hasta el 51. Al revisarlos, observamos un contenido claro en cuanto a los intereses a detectar y prevenir en torno a lo expresado en el artículo 39 que plasma la facultad de este órgano para determinar la existencia de toda amenaza y hacer recomendaciones al respecto, mientras que en el artículo 40 manifiesta el menester de evitar que la situación se agrave.

Respecto a determinar la existencia de la amenaza (la que representa este conflicto al quebrantamiento de la paz mundial), esta condición ya pudiera haber sobrepasado barreras hacia un peligro inminente de gran expectativa internacional, no obstante, la problemática actual se recrudece a falta de la diversificación de mecanismos para el abordaje del punto clave de mayor prevención, establecido en el artículo 40 y el cual es crucial recalcar: evitar que la situación se agrave.

Si bien, sabemos que hay limitaciones considerando que para la toma de decisiones sobre cuestiones de fondo en El Consejo de Seguridad, la organización requiere de nueve votos de los quince miembros y dentro de los nueve se debe contar con los cinco votos de los miembros permanentes, siendo Rusia (país en guerra) uno de estos cinco miembros, pero, además, cada uno de los cinco miembros permanentes tiene derecho a veto en cualquier Resolución; aun así, el consenso sigue siendo un paso obligado para este órgano, al amparo de, lo que simboliza este conflicto para el control y las transformaciones de los esquemas regionales en sus sistemas de defensa, donde Ucrania y su posición geográfica privilegiada, es sin lugar a dudas un asunto prioritario para la paz y seguridad mundial y en ese sentido, los líderes de estos países con compromiso permanente en esta materia, a pesar de los marcados contrapesos, tienen la responsabilidad delegada por las Naciones Unidas de poner a disposición su voluntad incondicional en vías de consenso, mediante los escenarios de discusiones necesarias en aras de prevenir la adopción de cualquier medio de destrucción masiva capaz de propiciar efectos devastadores e inimaginables que inclusive puedan conllevar a la extinción de la humanidad.

 

Sin restar mérito a la labor mediadora realizada por los mandatarios del Estado de Israel y de Turquía, países con los que tanto Rusia como Ucrania gozan de excelentes relaciones diplomáticas y tienen historias entrelazadas, lo legítimo es que, la representación de la comunidad internacional al más alto nivel en la toma de decisiones sobre amenazas a la paz, recae ahora, principalmente en cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EE. UU, China, Reino Unido y Francia) a quienes se les agota el tiempo para encontrar ese potencial persuasivo, mediador e impulsador capaz de producir efectivas negociaciones con el quinto miembro permanente (Rusia), el cual continua en avanzada con su proyecto de “Operación Militar Especial” y mantiene la posición antagónica más firme en estos momentos. El desafío en conjunto para estos cinco países en redireccionar los destinos y poner fin a este peligroso episodio de nuestra historia mundial es hoy una carrera contra el reloj, mientras el mundo sigue observando y sufriendo el incremento de las actuales escaladas en las agresiones bélicas, económicas y políticas, las cuales se han ido incentivando a través de los años en el contexto holístico por los desacuerdos entre las principales potencias en un sinfín de intereses geoestratégicos en relación con la representatividad manifiesta de Ucrania en sus esquemas estructurales; pero, también se debe valorar, la autodeterminación del pueblo ucraniano por trascender en condición de soberano hacia alianzas regionales estratégicas en la búsqueda de su estabilidad y desarrollo nacional sostenible.

Cada día que pasa sin la adopción de medidas a priori de cese al fuego en Ucrania, siguen muriendo muchos seres humanos de forma cruel y aumenta el cúmulo de justificaciones y probabilidades hacia un conflicto de mayor escala global. Es hora de establecer una verdadera mesa de negociación entre ambos Estados en guerra, pero con el auspicio y consenso del Consejo de Seguridad, donde los dos países en el balance de las negociaciones deberán estar dispuestos tanto a ganar como a perder parte de sus intereses y demandas.

 

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