Biomarcadores que predicen la respuesta al tratamiento del cáncer de recto
Logroño (España), 19 nov (EFE).- Una investigación ha determinado, por primera vez en el mundo, que el estudio conjunto de cuatro biomarcadores puede predecir si un paciente de cáncer de recto responderá bien o peor al tratamiento habitual, lo que permite decidir unas terapias más personalizadas e intensas en estos últimos casos.
Los biomarcadores son parámetros clínicos o bioquímicos que permiten hacer predicciones sobre el diagnóstico y la evolución de una enfermedad, lo que ayuda a los médicos a clasificar a los pacientes y diseñar tratamientos más personalizados, explicó a EFE en una entrevista el investigador principal del Grupo de Angiogénesis, Alfredo Martínez.
“En la investigación -subrayó- hemos encontrado que hay cuatro biomarcadores clínicos que, cuando los consideramos todos juntos, nos ofrecen una buena perspectiva de si ese paciente responderá bien o no tan bien al tratamiento”.
Los niveles de hemoglobina, el cociente del número de linfocitos y monocitos, el cociente del número de plaquetas y linfocitos y el número de ganglios afectados son estos cuatro biomarcadores que se recogen habitualmente durante el tratamiento y que, cuando se ponen en conjunto, permiten predecir cómo responderá el enfermo.
“Es la primera vez que se hace este tipo de análisis y permite a los médicos de todos los países analizar estos datos, clasificar a sus pacientes dependiendo de si van a responder mejor o peor al tratamiento y establecer aquellas terapias que sean más adecuadas en cada caso”, sintetizó.
TERAPIAS PERSONALIZADAS
El tratamiento de este tipo de cáncer, en la actualidad, se inicia con unas sesiones de quimioterapia y radioterapia, se deja descansar al paciente unas semanas y se aborda la cirugía, a la que sigue de nuevo la quimioterapia.
“Es una fórmula de tratamiento que sirve para garantizar una mayor supervivencia de los pacientes que sufren esta enfermedad, pero no todos los que son sometidos a esta terapia terminan curados del cáncer rectal”, según Martínez.
Los que mejor se han comportado son aquellos que se miden justo después de la quimioterapia y radioterapia iniciales, antes de la cirugía.
Insistió en que no hay que hacer nada especial al paciente, dado que son datos que se obtienen de forma habitual en el seguimiento clínico de los enfermos y solo hay que estudiarlos y ponerlos en perspectiva.
Este ensayo clínico se desarrolló con 77 pacientes de colon rectal avanzado tratados en el Hospital Universitario San Pedro entre 2007 y 2017, en el que, mediante un estudio restrospectivo, se analizaron todos los datos para determinar los biomarcadores que, de alguna forma, predecían la respuesta posterior.
A ello se incorporó el seguimiento de los pacientes a cinco y diez años de su supervivencia.
EL CANCER DE COLON Y RECTO, EL MÁS FRECUENTE
Reconoció que, de esos pacientes, no todos sobrevivieron y entre un 30 y un 40 % de ellos regeneraron la enfermedad al cabo de unos años, por lo que era importante determinar cuáles podían ser candidatos a recibir “otras terapias más dirigidas, personalizadas y drásticas, de alguna manera”.
Tras esta primera fase de la investigación, se ha iniciado otra con un estudio prospectivo de los nuevos pacientes de colon de recto, en los que se analizarán estos cuatro biomarcadores de forma conjunta para “tener el dato de si responderán bien o mal a la terapia” y adoptar los mejores tratamientos en cada caso.
Esta investigación, publicada recientemente en la revista International Journal of Clinical Medicine, abre un camino importante en el tratamiento de estos pacientes con cáncer rectal, dolencia que supone, aproximadamente, el 35 % de todos los casos de cáncer colorrectal.
En España, la incidencia estimada del cáncer rectal para el año 2020 era de 13,5 casos por 100.000 habitantes, algo superior a la media europea de 11,2 y mundial de 7,6.