Proyecto que pretende regular tasas de interés sería un duro golpe a los intentos de reactivación económica

Amanda Alvarado La Verdad Panamá

El Proyecto de Ley que pretende regular las  tasas de interés de los bancos,  provocará  distorsiones en el  mercado, afectando  el buen  funcionamiento  que   hasta  ahora  ha tenido la banca, dijo a La Verdad Panamá, el economista Olmedo Estrada.

Es una acción que impide la libre oferta y demanda  que es  precisamente  la base  sobre   la cual se desarrolla  la  economía panameña, por lo tanto, no es la mejor opción.

Si  lo que se desea es disminuir las tasas de interés, lo que se tiene que hacer  es  explorar otros mecanismos, dijo Estrada,  quien agregó  que  lo mismo  sucede con el control de precios de la canasta básica;  entonces lo que procede es  disponer de más productos y  servicios y que el mercado sea el que regule las tasas de interés.

Aseguró que  el proyecto afecta la competitividad de  un  Sistema Bancario Panameño, muy robusto de muchos años  y de  importancia  estratégica  para la región, además  de  que  ofrece  una  tasa de interés   competitiva. No  es la más alta por que todo depende de las características de cada uno de los países para poder evaluar si se está o no por encima del resto de las tasas de interés de los bancos que operan en otras latitudes.

Olmedo  Estrada también se refirió  a  las tasas de interés  de las tarjetas  de crédito observando  que algunos  bancos  abusan  con porcentajes arriba del 20% anual de  interés, con la  agravante de que mucha  gente paga  ese  servicio  por desconocimiento  o por  falta de información.

La Asociación Bancaria de Panamá se pronunció  acerca  de  este proyecto, señalando  que le asestaría un   duro golpe al  sistema, cerrará el crédito  y destruirá  toda posibilidad de reconstrucción de la economía  nacional.

Carlos  Berguido, presidente  Ejecutivo de la Asociación Bancaria de Panamá dijo en su momento que el referido proyecto, presentado por la diputada Zulay Rodríguez,  impedirá el acceso al crédito formal de grandes segmentos de la población, lo cual es causa directa de exclusión financiera, al imponer topes a las tasas de interés sobre los préstamos y tarjetas de crédito, lo que es contrario al interés público y al bienestar de la población”.